
Descubre cómo revitalizaban las vides antiguas y maximizaban la calidad de su uva.
El origen de la Poda de Respeto supone la primera traducción al español de la obra clásica francesa de M. René Lafon, Modifications a apporter a la taille de la vigne dans les charentes (1921).
René Lafon, con la meticulosidad de un científico y la sensibilidad de un campesino, identificó que el deterioro progresivo y la apoplejía en los viñedos no eran inevitables. Descubrió que se debían a nuestras propias «plagas de poda», heridas que nosotros mismos infligimos sin saberlo, que secan los tejidos y permiten el desarrollo del hongo destructor.
En su obra recupera el sistema de poda propuesto por el gran viticultor Monsieur Poussard después de la filoxera, que evita mutilaciones en la vid. Te enseña a mirar tu viñedo con otros ojos, a entender lo que realmente necesita la planta y a trabajar con ella, no contra ella.
«Papá siempre decía que no me podía enseñar a podar. Que su padre falleció cuando él tenía 19 años y que tuvo que aprender mirando y preguntando. Al poco de cumplir mis 19, la historia se repitió. Papá no me enseñó a podar pero me dejó una lección aún más valiosa: el respeto por la labor más importante para un viticultor.
Cuando vives algo así, te sientes empujado a aprender de forma casi obsesiva. Cualquier esfuerzo te resulta normal, rutinario. Por titánico que sea. Y todo por estar a la altura de algo tan grande. Aunque nunca termines de ser consciente de ello.»
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AVISO. Si tienes la viña sin una sola hierba puede que esto no sea para ti.